Cualquier
colombiano dotado de razón y que acompañe la actualidad política nacional puede
preguntarse ¿cuál es la apuesta política del Vicepresidente Angelino Garzón al
apoyar el movimiento pro-constituyente y contrariar al presidente Juan Manuel Santos
Calderón? También puede legítimamente indagar
por la salud mental de Angelino Garzón, una vez que él está en proceso de
recuperación de un accidente cardío vascular. El presidente de los colombianos ha
manifestado la impertinencia de una constituyente en la actual coyuntura
nacional. Y el Vicepresidente mismo se ha incluido en el grupo de aquellos a quienes les gusta pescar en aguas revueltas.
Es muy
grave el apoyo del Vicepresidente a la realización de una asamblea nacional
constituyente, porque ayuda a debilitar la gobernabilidad
del país. Y preocupa porque parece que el Vicepresidente Garzón no tiene noción
de que realizar una constituyente puede tener como implicación lógica y concreta la posible retomada de la estructura administrativa, legislativa y
judicial del Estado por parte del poder político asociado a las fuerzas de la narcotrafico, la parapolítica y de la ultraderecha en Colombia. A esta visión ingenua se
contrapone aquella que focaliza el cálculo político, en este sentido, vemos a un Angelino Garzón este haciendo camino a la Casa de Nariño en el 2014,
como candidato del movimiento liderado por Álvaro Uribe Vélez. Si así fuera, Angelino
Garzón debe renunciar inmediatamente al cargo de Vicepresidente del gobierno y
asumir su rol en la oposición y el liderazgo en el proyecto de
reconquista del poder por parte de las fuerzas asociadas al expresidente Uribe Vélez.
Se me antoja re-pensar la figura del designado a la presidencia en
tanto que hombre de confianza del presidente. En estos momentos claves Colombia
necesita es que el segundo al mando acompañe al presidente en el propósito de
sacar adelante el proyecto de nación que todos anhelamos. Se espera que el Vicepresidente
sea alguien que juegue en el mismo equipo de aquel que los colombianos
eligieron para gobernar. Por otro lado, no deja de llamar la atención la
riqueza del enfoque presentado por Angelino Garzón para tratar el conflicto y negociar la paz en el norte del Cauca. Mayor
bien le haría el Vicepresidente a la patria si se pusiera al frente de la tarea
de montar un laboratorio de paz en el Cauca. El comportamiento de nuestro Vicepresidente se
muestra errático, contradictorio y un tanto nocivo para el país.